El pelador de zanahorias: ¡Vamos a empezar a hacer ejercicio! 5/5 (6)

Sabemos que la práctica de ejercicio físico es una forma excelente de prevenir y tratar las patologías más prevalentes en la sociedad actual. Sumar minutos de actividad física a nuestras vidas es el mejor modo de evitar tener episodios de dolor músculo-esquelético: molestias lumbares o cervicales; en rodillas, hombros, caderas, etc.

Existen un amplio abanico de opciones válidas para empezar a adoptar un estilo de vida más saludable. Pero es cierto que los inicios no son fáciles y necesitamos un tiempo de adaptación y una exposición progresiva al nuevo hábito. Se trata de un período de aprendizaje, donde no solo cambian nuestros, músculos, nervios y articulaciones… nuestro cerebro ¡también cambia!

Vamos a poner un ejemplo: Imagina que decides iniciar un cambio en tu dieta (tras leer uno de los libros de Julio Basulto) Empezarás a comer más verduras así que te dispones a buscar el pelador de zanahorias. Tu sabes que hace años lo usaste… pero ¿dónde está ahora? 

Tras buscar por todas partes lo encuentras en el estante más alto de la cocina dentro de un tupperware lleno de utensilios extraños que no sabías que aún tenías.

 Tras una semana, vuelves a ponerte con las zanahorias, y algunas otras verduras de temporada; esta vez recuerdas mucho más rápidamente dónde tienes guardado el pelador.

Y ya que la semana siguiente tienes previsto repetir, decides dejar el pelador un poco más a mano: En el cajón de las cucharas.

Pasan los días y el pelador no llega ni al cajón de las cucharas ¡se queda encima de la encimera! Y como le estás sacando mucho partido decides comprar uno mejor, más ligero y afilado. 

Resulta pues que, cuando empezamos a hacer ejercicio, pasan cosas parecidas en nuestro cerebro: El primer día te sientes torpe, es probable que te cueste hacer los ejercicios que te han pautado… es  como si tuvieses el control de tus músculos en el tupperware del estante alto de la cocina.

Pero la práctica constante y progresiva hace que cada vez ubiques más rápidamente esas funciones, que acaban por estar en la encimera, y además te vuelves más fuerte y coordinado por que el cerebro decide invertir neuronas en facilitarte una ejecución que solicitas frecuentemente,  el cerebro invierte comprando un pelador nuevo.

Para terminar, hay que considerar también que, igual que nuestro cerebro hace accesibles la funciones que más utilizamos, puede también guardar en el tupperware aquellas que dejamos en desuso.

¡Usar el pelador supuso dejar de lado la freidora!

¡Usar el ejercicio supuso dejar de lado la enfermedad!


Cieza A, Causey K, Kamenov K, Hanson SW, Chatterji S, Vos T. Global estimates of the need for rehabilitation based on the Global Burden of Disease study 2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019.
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3 comentarios en «El pelador de zanahorias: ¡Vamos a empezar a hacer ejercicio!»

  1. Me encanta! ¡Que buena comparación! ¡Y que verdad es! El ejercicio es siempre una buena inversión para nuestra salud. Gracias, Clara, por tu forma de hacer las cosas.

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    • Buenas tardes Beatriz, muchísimas gracias por tu mensaje. Estamos en un momento especial por inciar un nuevo proyecto y vuestros mensajes nos dan la fuerza para hacerlo.

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